Calzado y Responsabilidad Social Corporativa

Hace un año más o menos, la revista OCU-Compra Maestra publicó un artículo (nº 369, p 40 y ss, abril 2012), titulado «Piel de zapatos: a patadas con la ética» en el que, en linea con el título, poco menos que demonizaba al sector de la fabricación de calzado. En mi opinión no todo lo que se dice en él es estrictamente cierto, pues no todas las pieles que se mueven en el mundo provienen de países subdesarrollados en los que no se respetan ni los derechos laborales, ni muchas veces los humanos. Un número importante de las pieles usadas a nivel mundial para fabricar zapatos, prendas de vestir o tapicerías provienen de países como Estados Unidos, los de Europa occidental y oriental, incluida España (por cierto, de muy buena calidad) y Australia y Nueva Zelanda, y se curten en modernísimas fábricas, con todos los adelantos tecnológicos imaginables, que pueden estar en casi cualquier país de Europa, Estados Unidos o el lejano Oriente, incluida China, en las que se trabaja con todas las condiciones de seguridad imaginables, con el máximo respeto hacia las personas y el medio ambiente.

Sin embargo, en el artículo de la OCU se incluye una tabla en la que se resumen los datos de una encuesta realizada al respecto de la RSC entre diecisiete fabricantes de zapatos que se venden en España. El resultado es descorazonador. De los cinco fabricantes españoles, no hay ni uno que alcance el aprobado, teniendo tres de ello un rotundo cero (lo que quiere decir, en las condiciones del informe, que o no tienen políticas de RSC o no informan sobre ellas). De los diecisiete, doce están por debajo del cinco, y ocho de ellos rozando el cero.

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Resulta que dos de los fabricantes del grupo de cabeza se proveen de pieles curtidas en países como Indonesia y algunos de Centroamérica, que clasificaríamos sin lugar a dudas como del tercer mundo. Incluso la fabricación también se lleva a cabo en países del Lejano Oriente. Esto quiere decir que si la empresa tiene claro que su responsabilidad de creación de valor alcanza también a las comunidades en las que opera, y qué decir del medio ambiente, es posible la fabricación de zapatos sin darle «patadas a la ética».

A pesar de lo dicho, todavía hay muchas cosas que se hacen mal. Para convencerse no hay más que visionar el reportaje que se emitió en La2, el domingo 23 de junio en el programa Documentos TV, «Bangladesh, cuero tóxico» (http://www.rtve.es/television/20130618/documentos-tv-bangladesh-cuero-toxico/691540.shtml)

No quiero acabar esta entrada al blog siendo pesimista. El lema del próximo Congreso de la UITIC (Unión Internacional de Técnicos de las Industrias del Calzado), a celebrar en Guangzhou (China) el próximo mes de noviembre (http://uitic-congress.chinaleather.org/), es «Social responsibility: a challenge for the Footwear Industry» ¿Estarán las industrias, especialmente las españolas, a la altura? ¿Aceptarán el reto «social» que se propone en un congreso de técnicos? Esperemos que sí; que cuando nos compremos un par de zapatos no tengamos la sensación de estar pisando, además del suelo, las vidas de las personas que se la han dejado en la elaboración de los mismos o de sus materias primas. De verdad que es posible el crecimiento sostenible, o al menos eso queremos pensar los que creemos en la Responsablidad Social Corporativa. Ánimo.

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