La RSC trata de incorporar al sistema de gestión tradicional de la empresa, basado en la consecución de objetivos financieros, nuevos criterios de satisfacción de objetivos sociales y medioambientales. Lo que se persigue es asegurar la perdurabilidad de la empresa, y eso sólo se puede conseguir si se satisfacen los requisitos y necesidades de TODOS los grupos de interés.
Por grupos de interés se entiende el conjunto de personas, instituciones u organizaciones que pueden afectar o verse afectados legítimamente por las actividades de la empresa. Los grupos de interés naturales o tradicionales son los accionistas, propietarios y clientes, pero no menos importantes son los empleados, proveedores, administraciones públicas y sociedad en general. Cada grupo de interés tiene un poder y una capacidad de influir o de verse influido por la organización, aspecto que merece un tratamiento preferente en la definición de estrategias de RSC.
En particular, los empleados en tanto en cuanto depositarios del “saber hacer” de la empresa, son uno de los grupos de interés más importantes. De hecho los indicadores relacionados con “Prácticas laborales y trabajo digno” son el segundo grupo más importante (18%), por detrás de los indicadores de “Medio ambiente” (38%), en el esquema de recomendaciones de la “Global Reporting Initiative (GRI)”, para la elaboración de memorias de sostenibilidad.
Por tanto, la satisfacción de los intereses y necesidades de los empleados, constituye uno de los, si no objetivos, si aspectos importantes en la gestión de la empresa. No sólo la remuneración justa sino también la aplicación de beneficios sociales o de medidas de conciliación de la vida laboral y personal, la posibilidad de asociarse sindicalmente y de estar adscrito a un convenio colectivo, la formación en aspectos profesionales y de seguridad y salud en el trabajo, y otros.
En definitiva, la aplicación de criterios de RSC al área de RRHH de una empresa sólo puede aportar beneficios.